Hace unos años tendríamos que haber buscado entre aquellos modelos con una motorización más ajustada, si bien lo más interesante sería buscar una adecuada relación o compromiso entre potencia y emisiones contaminantes.
Sin embargo, en la actualidad la respuesta podría apuntar más claramente hacia los coches eléctricos, los cuales en un principio podríamos considerar que tienen emisiones nulas de CO2.
Nuevamente la respuesta no satisfará a todos, ya que estos vehículos no suelen contar con una autonomía suficiente como para considerarse un sustituto de los actuales vehículos que circulan por las calles de nuestras ciudades así como autovías y autopistas.
Una solución intermedia que a día de hoy tiene cierta penetración son los modelos híbridos que usan el motor eléctrico a bajas velocidades y que activan el motor tradicional cuando se requiere dicha potencia.
Un claro exponente de esta última propuesta es el Toyota Prius, un modelo que a día de hoy no es difícil encontrar por las calles de cualquier ciudad, incluso entre las flotas de taxistas.
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