Los niveles de contaminación de ciudades como Madrid o Barcelona están alcanzando niveles extremos, lo que ha provocado en más de una ocasión los continuos avisos por parte de la Unión Europea.
Hasta la fecha ambas ciudades han parecido hacer oídos sordos a estas advertencias y tal vez la situación continúe así hasta que llegue una movilización social de cierta envergadura.
En Barcelona parece que ya son conscientes de la situación y hace ya un año lanzaron una vaga medida consistente en reducir la velocidad en las carreteras de acceso. En Madrid la estrategia ha sido diferente, favoreciendo el uso de vehículos eléctricos con gratuidad en el uso de las zonas azules.
Sin embargo ambas medidas son claramente insuficientes y los ciudadanos siguen quejándose de la situación. Mucho nos tememos que a no mucho tardar el bloqueo en el acceso a la ciudad, al más puro estilo londinense, tendrá que llegar.
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